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Mariano Morales Ramírez

A ella le escribo porque nací el día que la vi. A mi país le escribo porque aquí echó raíces el niño que fui. Escribo sobre lo que me tocó vivir. Recuerdos, quizá, de un tiempo mejor.

Cómo instalar Open edX Ginkgo 2.1 de Bitnami en Ubuntu 16.04

Cómo instalar Open edX Ginkgo 2.1 de Bitnami en Ubuntu 16.04

Tras varios meses ya de estar detrás de la consola tratando de averiguar la mejor forma de instalar OpenEdx en un servidor remoto para tenerlo listo para producción, me di cuenta que realmente no existen instrucciones concretas donde no se asuma que la persona que está instalando es un experto

Open edX: Personalizar con Comprehensive Theming

Open edX: Personalizar con Comprehensive Theming

Guía práctica en español para usuarios con conocimientos básicos de Linux sobre cómo personalizar una aplicación de Open edX Ginkgo 2.1 en Ubuntu 16.04 LTS.

A mis manos las amo

A mis manos las amo

Es cierto a mis manos las amo porque con ellas prendo el coche, y preparo mi comida y escribo y fumo y toco la guitarra. Es cierto, a mis manos las amo porque con ellas saludo a la gente y me limpio el sudor de la frente y me calzo

Aprender Linux Rápido: 1.2 Comandos Básicos de Navegación

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Software requerido: 1. Virtualbox con Ubuntu 16.04 (La terminal de MacOS es una alternativa); o bien 2. Ubuntu 16.04 en cualquier Hipervisor en la nube como Google Cloud Console o AWS (ambos tienen planes gratuitos por 1 año). Descarga Virtualbox e importa Ubuntu (más detalles e instrucciones más

Antelación

Antelación

Te resumo sin omitir detalles lo que sucede previo a mi encuentro contigo: Primero como siempre tiemblo, se para el tiempo. En mi cabeza se reproduce una canción no sé bien cuál. El sudor se hace río pero no fluye sólo me acaricia y me enchina la piel. Casi como

Me Necesitas

Me Necesitas

Mi excusa perdió su andamio, porque ya no tiene fundamento, los brazos de ti, qué voy a inventarte yo, si son tuyos, aunque los quiera míos. Qué voy a decirte yo, si los ojos de ti, que me abrazan, contra tu voluntad, o tal vez, adrede, son míos sólo por

Convencerte

Convencerte

Todavía no conseguía convencerme, seguía buscando tu boca en los poemas que te escribo, como inventándomela para mí, ajena del mundo abierta para incubar una paz – y no una calma – un rayo de ablución o una tertulia de viejos amigos, tu lengua y mi lengua, que se ponen contentas de