Mucho Antes

Mucho Antes
Photo by Yoann Boyer / Unsplash

Imagínate, amor mío, lo que te digo cuando te digo,
que mucho antes de verte te reconocí,
como si la morfología de tu rostro,
ya no tuyo ni mío ni de nadie,
se escondiera en las esquinas de mi conciencia,
que ya no es mía ni tuya ni de nadie.

Así te imaginaba y te inventaba, como si ya te conociera.
Te inventaba y te imaginaba, o al revés, ¿qué importa?

Imagínate, amor mío, lo que te digo cuando te digo,
que mucho antes de verte te reconocí,
como si tu boca fuese prima de mi boca, que ya no es mía, ni tuya ni de nadie,
como si te hubiera soñado antes, mucho antes.
Así te imaginaba y te inventaba, o viceversa, no importa.

Ahora imagínate, amor mío, seguir mi vida sin tu boca que es prima de mi boca,
sin tus ojos que quisiera que me mirasen pero que no me miran,
dejar que pase el tiempo y con él la inexorable y casi dolorosa duda de tenerte,
de que me tengas irremediablemente, o de que no nos tenga nadie.

Imagínate, amor mío, cuánto me costaría seguir sin tenerte,
a sabiendas de que te he encontrado,
que seguiré caminando,
caminando con dos manos vacías, casi tuyas pero lejos de ser mías,
como si al reconocerte me diese cuenta que caigo en un sueño en que despierto para soñar contigo.
Y dentro de ese sueño despertar para que tú también sueñes conmigo,
y contigo y con nosotros y también con nadie.

Imagínate, amor mío, lo que te digo cuando te digo,
que yo no sabría continuar si no es contigo.
Porque ten esto por seguro,

y sólo esto te puedo prometer:
que ya no me importa mucho, y cuando digo mucho es bastante,
si lo que fuiste era un invento,

lo que me preocupa, amor mío,
es cómo hacerme de tu piel
en otro cuerpo.