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Ponencia Científica - II Conferencia Internacional Con Todos y Para el Bien de Todos

Ponencia científica "La Revolución Inclusiva" por Mariano Morales Ramírez, presentada en la II conferencia Internacional Con Todos y Para el Bien de Todos en La Habana, Cuba.

Ponencia Científica - II Conferencia Internacional Con Todos y Para el Bien de Todos

14-16 de enero, 2015
Palacio de las Convenciones
La Habana, Cuba

UNESCO, 2015.

~ Resumen

Este escrito busca comprobar el efecto colateral de la tensión diplomática que le siguió al triunfo de la revolución cubana, lo cual significó un impacto directo en la tolerancia que supone la inclusión cultural entre Estados Unidos y América Latina.

Del mismo modo, a través del análisis del contexto histórico que rodea a la revolución cubana, se busca plantear una hipótesis que valide la vigencia del legado martiano como razón legítima en la búsqueda de un acercamiento cultural con Estados Unidos, haciendo un énfasis especial en las figuras de José Martí y Fidel Castro. Así mismo, se busca estimar el impacto que tuvieron las disposiciones diplomáticas Cuba – Estados Unidos en la construcción de una intolerancia de carácter ideológico.

El supuesto de este escrito y los argumentos presentados, pretenden señalar la urgencia de reconocer los factores que amenazan la tolerancia universal e invitar a la revaluación de las asociaciones ideológicas impuestas por la diplomacia en un traslado hacia nuevas formas de pensamiento social que promuevan la convivencia armónica entre los hombres, la cultura y su permanencia en el planeta.


1. Introducción

La catarsis y los estigmas culturales que gobiernan a las sociedades modernas son producto de la globalización y su distanciamiento de las acciones colectivas que promueven la conservación de la raza humana y su convivencia social. Cabe señalar el perjuicio que supone dividir y categorizar a la humanidad en razas, pues sólo hay una raza: la raza humana.
Es deber de todo aquél que se reconoce a sí mismo como humano atentar contra los estigmas, los tabúes y las ideas peyorativas de todo aquello que nos aleja de la inclusión cultural y su impacto sobre la tolerancia entre los distintos órdenes de organización social, y consecuentemente, la tolerancia hacia la diversidad humana.

La búsqueda de progreso que trajo consigo el siglo XX, aunada a la globalización que exige la sociedad moderna y el desarrollo en ciencia y tecnología, ha originado la exclusión cultural y el declive progresista de la interacción entre los seres humanos. Este fenómeno generacional limita la posibilidad de redirigir los esfuerzos de conciencia social hacia las urgencias contemporáneas a causa de la creciente tendencia de sociedades consumistas y globalizadas. Ni la frecuencia ni recurrencia deberían ser nunca supuestos como indicadores de normalidad o regularidad. No porque la discrimnación sea cosa de todos los días significa que sea normal, o que en su aceptación implícita, reaccionemos de forma indiferente. La indiferencia hacia las urgencias del mundo moderno nos hace cómplices de su declive inminente. Es contradictorio de una sociedad moderna no atender las urgencias que amenazan a la humanidad, su diversidad, su cultura, su interacción armónica y su permanencia en el planeta. Es urgente un traslado hacia nuevas formas de pensamiento social en busca de una tolerancia universal.


2. Fisiología e Ideología: El Génesis de la Revolución

Los países latinoamericanos gozan del reconocimiento internacional por pertenecer a una región de integración fraternal, y contradictoriamente, han protagonizado una serie recurrente de movimientos guerrilleros impulsados por fuertes tendencias ideológicas. La pluralidad de las ideologías latinoamericanas que consiguieron exitosamente un traslado hacia nuevas formas de pensamiento social consisten, en su núcleo, en la aceptación de los cambios constructivos que constituyen la concepción de cualquier revolución. Aunque la historia ha demostrado repetidamente que la concepción ideológica que promueve la revolución difiere sustancialmente del desarrollo y la consecusión del proceso revolucionario, y considerando que la naturaleza que constituye la fisiología del ser humano no persigue otro fin que su propia supervivencia, es posible asumir que todo cambio que busca llevar a cabo el hombre se basa en la adopción y ejercicio de las ideologías adquiridas que promueven su bienestar social. Por tanto, las ideas revolucionarias – y no las revoluciones en sí – siempre pretenden una reforma constructiva a partir de aspectos fundamentals de la conducta humana. Las dictaduras latinoamericanas son evidencia histórica del plausible y en ocasiones desapercibido distanciamiento que ocurre entre una ideología y su revolución.

La complejidad que rige al comportamiento humano ante la constante búsqueda de nuevas formas de organización social representa una evidente contrariedad en su naturaleza: la vigencia de la intolerancia en el mundo es en gran medida producto de las conductas contenidas en la misma fisiología humana. Dichas conductas se construyen a partir de la influencia que ejercen otros seres humanos u órdenes sociales. Sucesivamente, es posible concluir que para lograr una tolerancia universal, es preciso imponer la conciencia y el pensamiento crítico sobre los instintos primitivos que componen y rigen nuestra propia fisiología.


3. La Revolución y el Líder Latinoamericano

América Latina, cuna de movimientos guerrilleros, arrastra una fuerte percepción social adquirida por sus diversas revoluciones de tendencias izquierdistas. Hoy en día es casi imposible pensar en su historia sin asociarla con el socialismo, que en su disociación del término genético basado en las teorías Marxistas1, ha sido reconocido incluso con autonomía como socialismo latinoamericano2. Sin embargo, el génesis y desarrollo de los movimientos ideológicos asociados al socialismo latinoamericano difieren contundentemente uno de otro. Las características típicas de las sociedades latinoamericanas del sigo XX representan a su vez un factor determinante en la disociación y la confusión que rodean al término en cuestión, provocando el impedimento de una inclusión cultural a niveles globales. Los países de América Latina, en condiciones similares, comparten sistemáticamente la característica de poseer un sistema económico fracturado, una inestabilidad política y un rechazo hacia los regímenes militares con tendencias anárquicas. Dichas sociedades darían lugar al nacimiento de caudillos autócratas o dictadores tiránicos, figuras recurrentes en la historia latinoamericana.

A través de mi comparación y de los argumentos desarrollados en mi investigación, pretendo calificar los movimientos de izquierda y a sus líderes, con la intención de evaluar críticamente el impacto que tiene la indiferencia de la sociedad moderna en la perpetuidad de la exclusión cultural. Esto se puede evaluar a su vez a través del análisis de la causalidad de una ideología como génesis de múltiples revoluciones.

Mis propuesta consiste en lograr el reconocimiento de la responsabilidad que mantienen las sociedades contemporáneas en lograr la destitución de conceptos impuestos por influencias de carácter ideológico y diplomático, que representan, de la misma forma, la perpetuidad de la segregación de la diversidad humana y el distanciamiento entre el hombre y la cultura.

En la guerrilla y la revolución latinoamericana, un líder es aquella figura social o política que habiendo o no llegado al poder legítimamente, defiende los ideales que persigue la justicia social, o, dicho de otra forma, que busca el bien común. Considerando el poder que acompaña regularmente a los líderes latinoamericanos, no es extraño encontrar en la historia líderes que exhiban transformaciones ideológicas durante la vigencia de su liderazgo. Sin embargo, dichas transformaciones no siempre son indicación de un distanciamiento del objetivo de lograr el bien común, como lo fue el caso de Fidel Castro, quien adoptase una postura radical ante el triunfo de la revolución cubana3, tema que será explorado más adelante.

Contrario a las características que constituyen al líder latinoamericano, se propone disociar del término a los dictadores tiranos, caudillos autócratas o figuras de corrupción, que gozando o no de la simpatía del pueblo, llegan al poder sin perseguir el bien común, la justicia social de forma ilegítima, o bien, que una vez en el poder abandonan los ideales que proclamados, como fue el caso de Fulgencio Batista y su dictadura tiránica. Consecuentemente, al aceptar como cierto lo anterior, y considerando que los líderes latinoamericanos del siglo XX adoptan influencias ideológicas de figuras de carácter intellectual (poetas, filósofos o pensadores), no debería escandalizarnos el hecho de encontrar contradicciones o contrariedades en el actuar del revolucionario y el pensamiento de su influencia intelectual.

¡Patria o Muerte! José Martí, Fidel Castro and the Road to Communism, Brett Stokes. 2013


4. El Legado Martiano

Es lógico asumir y plantear la hipótesis de que en América Latina, los líderes guerrilleros promueven la revolución como medio hacia la obtención de condiciones congruentes a las de su pensamiento social, y no a los de una ideología. Un claro ejemplo de esto es el caso de la filosofía martiana, que sin ser considerada socialista, constituyó una de las doctrinas más prominentes y la influencia de pensamiento más trascendente en la historia de Cuba, misma que impusiera el poeta y filósofo José Martí, ferviente impulsor de la independencia cubana. La extensa obra martiana, exponente de justicia y libertad, así como la gran influencia del mismo pensamiento de José Martí, es conocida como el legado martiano o el legado de Martí, que en una postura antiimperialista, también mostraba un rechazo hacia los Estados Unidos y su expansionismo. De la misma forma, el legado martiano se caracteriza por su promoción a la independencia, la educación y la justicia para el pueblo cubano, así como a la erradicación de la pobreza. No obstante, el legado martiano continúa bajo la sombra de las murallas segregativas que le sucedieron a la revolución cubana y las asociaciones ideológicas de la tensión diplomática que le siguió. Dicho de otro modo, el hecho de que la sociedad cubana sea vista como amenaza al pueblo americano por sus tendencias comunistas, limita directamente su inclusión cultural con Estados Unidos, cuyo sistema educativo condena el comunismo como una violación a los derechos civiles, creando por consecuencia, una noción de enemistad ideológica con Cuba. La relación entre Cuba y Estados Unidos representa a su vez el ejemplo más claro de intolerancia heredada a causa de las asociaciones ideológicas que limitan la inclusión cultural.

Limitar la filosofía martiana debería ser considerado como un atentado contra la tolerancia. Por tanto, es importante reconocer que la cultura cubana, en la que está contenido el legado martiano, promueve una tolerancia colectiva que no debería estar limitada para ningún ser humano en el mundo. Derribar las murallas ideológicas que limitan la inclusión cultural entre Cuba y Estados Unidos es imperante; es urgente.

José Mujica, expresidente de Uruguay, expresa en uno de sus inspiradores discursos el deber de nuestra lucha como generación al final sólo persigue una causa fundamental: defender la vida, pues para ser feliz, es necesaria la vida de los otros. Defender la vida implica también defender la diversidad que en ella se expresa a través de los distintos grupos étnicos y sociales, en una lucha contra todo aquello que amenace su permanencia sobre la tierra. Mujica convoca a defender la vida sin diferenciar genotipo o fenotipo, pues reitero, sólo hay una raza: la raza humana. De allí la responsabilidad de las nuevas generaciones de jóvenes en asumir la lucha en busca de la creación de una carta de la cultura como derecho universal, un derecho que posea cada ser humano por el simple hecho de nacer, independientemente de su nacionalidad. No es suficiente que la cultura sea accesible, sino que exige además que se reconozcan las filosofías de armonía y las nuevas formas de pensamiento que dirijan hacia el reconocimiento de nuestra condición como sociedad y nuestro compromiso con las urgencias del mundo moderno.

No obstante, es imposible hablar de modernidad o progreso cuando la universalidad de la cultura está limitada por la lectura y la ignorancia. Los versos de Martí lo sentencian:

"Hasta que los obreros no sean cultos no serán felices" "Un pueblo instruido será siempre fuerte y libre"

¿Cómo garantizar la cultura cuando no podemos garantizar su lectura? Es imperante realizar esfuerzos colectivos en busca de la erradicación del analfabetismo en cada país, José Mujica, presidente uruguayo de 2011-2015 de América Latina y el mundo. De la misma forma en que debemos buscar la cultura como derecho, es también nuestra responsabilidad exigir la alfabetización como una obligación. En 2015, viven en el mundo más de 780 millones de personas que no saben leer y escribir6. Guatemala, según la UNESCO7, tiene un índice de analfabetismo del 21%, el más alto en América Latina. Sólo en México viven 5.3 millones de analfabetas. Considerando que la alfabetización es un requerimiento fundamental para la educación de un pueblo, no se puede hablar de progreso sin hablar de alfabetización. El analfabetismo es el principal enemigo de cualquier forma de armonía social. Si la educación de un pueblo es el camino a la justicia, es inaceptable que se permita la existencia de analfabetas en países de América Latina. No obstante, Cuba, en su condición de país en vías de desarrollo, ha logrado erradicar este problema de raíz.

Armando Hart, político comunista cubano, ha sido validado por muchos como el revolucionario intelectual que llevó a Cuba a la utópica alfabetización a través de “La Campaña de Alfabetización”9 que iniciase en 1961 con el objetivo de llevar la educación a todo el pueblo cubano. Este proceso revolucionario de géneses martiano es considerado por muchos como una lección histórica de alfabetización10. Por tanto, no resultaría alarmador señalar a Cuba – que expone un acercamiento consistente y cuantitativo a los ideales de libertad y de justicia universal – como modelo para estimar los impactos de las ideologías, su adopción y su vigencia post-revolucionaria.


5. Los Daños Colaterales de las Ideologías sobre la Cultura y la Tolerancia: Contradicción y Reivindicación.

La pluralidad del legado martiano no promueve el socialismo, o el comunismo, o ningún tipo de modelo socio-económico, de allí que José Martí sea considerado por historiadores como un poeta modernista y un filósofo promotor de la libertad y la justicia11, condiciones que debería perseguir cualquier modelo socio-económico sin importar sus orígenes o influencias. El legado martiano tuvo a su vez un impacto contundente en el futuro de las generaciones procedentes influenciando de manera plausible a figuras determinantes en la historia de Cuba. Fidel Castro, quien encabezara el movimiento revolucionario que derrocaría en 1958 la dictadura de Fulgencio Batista12, se proclama a sí mismo discípulo de filosofía martiana, y aunque la radicalización que le siguió al triunfo de la revolución supone una clara contrariedad a las predicaciones de Martí, es preciso primero entender la concepción de la segregación cultural y la asociación generalista de Cuba como nación radical comunista. Los efectos colaterales de la tensión diplomática nos obligan a discutir los catalizadores de la misma entre las dos naciones. Samuel Farber puntualiza que Fidel Castro no contaba con un plan predeterminado para el curso que debería seguir la revolución13. Aunque se sabe que Fidel buscaba fervientemente la liberación del pueblo cubano desde una postura nacionalista, y que no fue hasta su radicalización que se empezó a apreciar su distanciamiento de la democracia, podemos asumir que su transformación no fue de carácter ideológico, sino de carácter circunstancial. Por tanto, es consecuente establecer que las ideologías, específicamente aquellas originadas en América Latina, no indican el curso ni el desenlace de las revoluciones, sino que representen solamente el estímulo que lleva a los líderes hacia un pensamiento crítico que da lugar a los instintos revolucionarios. Esto puede ser interpretado por muchos como una incongruencia o una contradicción hacia la filosofía de José Martí, quien también es considerado como el pionero del pensamiento antiimperialista en América Latina.

Aunque la filosofía martiana nunca se apartó del ideario de Fidel, de acuerdo a los estudios de Brett Stokes15, las tendencias radicales del líder cubano fueron causadas principalmente por la opresión ejercida por Estados Unidos, y cuyo rechazo hacia la legitimidad del nuevo gobierno castrista orilló a éste a la radicalización y a la nacionalización del sector petrolero, hasta entonces controlado por Estados Unidos. La postura nacionalista de Castro representó una clara amenaza a los intereses estadounidenses que aunado al acercamiento de Castro con la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, desató la crisis con el país norteamericano. Las tensiones diplomáticas con Estados Unidos vendrían a ser causante de la exclusion generalizada de la cultura cubana, que por su asociación con el comunismo, sufre hoy en día una marginalización cultural.

La diplomacia previno la inclusión cultural. Es interesante recalcar que las posturas adoptadas por Castro al término de la revolución, no significaron, a fin de cuentas, un desvío del objetivo de llevar a Cuba a ser un país en el que se reconocen los esfuerzos colectivos de justicia social hacia la solución de la problemática prominente que suponen las urgencias del mundo globalizado: el analfabetismo, la pobreza y la paz. Castro habría de validar, muchos años después, su figura como héroe revolucionario > José Martí, Inside the Monster: Writings on the United States and Imperialism, ed. Phillip S. Foner ante Cuba y el mundo al lograr los ideales de José Martí. Hay quien ve en Fidel Castro a un enemigo de Cuba, mientras que otros ven en él a su libertador. Sin embargo, es preciso proclamar el hecho irrefutable de que con el triunfo de la revolución cubana, triunfaron también los ideales martianos, y con ellos el sueño de Martí de ver una Cuba independiente y educada.

*"Las revoluciones son estériles cuando no se firman con la pluma en las escuelas y con el arado en el surco"

"La ignorancia mata a los pueblos y es preciso matar a la ignorancia"

"Divorciar al hombre de la tierra es un atentado monstruoso"

"Es preferible el bien de muchos a la opulencia de pocos"

Paralelamente, la inminente y creciente tensión entre Cuba y Estados Unidos vendría a condenar la intolerancia ideológica por más de medio siglo, dándole una vigencia en la actualidad. Además de la tensión post-revolucionaria entre los dos países, existió un daño colateral que también es importante rescatar dado su peligroso efecto sobre la construcción de juicios generalizados, y por tanto, en actos de intolerancia ideológica: el prejuicio entre sociedades provinientes de desacuerdos diplomáticos.

Por tanto, hablar de tolerancia e inclusión, exige hablar también de las acciones del líder norteamericano Barack Obama, las cuales no deben desestimarse como un paso hacia la tolerancia. El presidente estadounidense, en una postura integradora, inclusiva– y para muchos radical – ha mostrado de manera consistente una postura humanística al otorgar a miles de personas derechos negados por el Estado que garantizan la igualdad y el pensamiento de la tolerancia, lo cual a su vez implica un paso firme hacia la libertad y a los derechos humanos. Por lo mismo, y considerando que el presidente estadounidense no acude al argumento ideológico para llevar acabo acciones acordes a su pensamiento de justicia social, me resulta de alto valor, como miembro de la sociedad y representante de la cultura latinoamericana en que está contenida la filosofía martiana, convocar a la reconsideración de un acercamiento cultural inclusivo con los Estados Unidos sin ser visto como acción contraria a la filosofía de Martí, que en su núcleo promueve la armonía social. Es importante, también, considerar la posibilidad de que asumir nuevas formas de pensamiento no es algo necesariamente malo, sino un acto de tolerancia, y considerando la crisis que se viven en mundo, hoy significa un acto revolucionario. José Mujica lo expresa contundentemente al reconocer

> Como todas las generaciones tuvimos nuestros deslices. Yo pertenezco a una generación que se pegó la boca porque pensábamos que la solución era la dictadura del proletariado.

Considerando la misma filosofía de Martí, es preciso evaluar comprensivamente la situación actual. Se debe reconocer que el contexto político y social de los Estados Unidos en la actualidad difiere abismalmente de aquel a fines del siglo XX: imperialista, expansionista y de gran influencia opresiva sobre países latinoamericanos. Por tanto es entendible, como acérrimo enemigo del imperialismo y defensor de la libertad, la postura de rechazo que manifiesta José Martí hacia un acercamiento con Estados Unidos, condenándolo como un acto de declive para pueblo cubano. Hoy nos enfrentamos a una situación más preocupante: la latente extinción de la raza human a causa de la intolerancia entre las sociedades.
La reivindicación de las nuevas geraciones consiste en una revolución basada en la misma filosofía martiana de inclusión y convivencia. Hoy es urgente revaluar el acercamiento y desmantelar las asociaciones ideológicas construidas a través del tiempo entre las sociedades, y no es sólo preciso el acercamiento como latinoamericanos con Estados Unidos, sino también es preciso un compromiso colectivo que garantice la erradicación de la intolerancia que trajeron las ideologías. El mismo Martí expresó:

*“Para conocer a un pueblo se le ha de estudiar en todos sus aspectos y expresiones: ¡en sus elementos, en sus tendencias, en sus apóstoles, en sus poetas y en sus bandidos¡" José Martí


Palabras Finales

Es difícil medir o evaluar en los países latinoamericanos la percepción errática de los distintos sectores de la población para estimar el impacto que éste tiene sobre la intolerancia y la segregación de las sociedades modernas. La complejidad que trae la subjetividad del término, así como la ambigüedad en los parámetros para medir el grado de asociación ideológica, limitan el entendimiento que tenemos acerca del alcance al que se ve impactada la tolerancia en relación al socialismo, que por definición debería ser un sistema de organización económica y social donde el pueblo posea y administre los medios de producción.18 Por tanto, es imposible utilizar el término de manera sistemática, generalizada, asociativa, definitoria o representativa. La transformación del término ha provocado una intolerancia inmensurable en la que no sólo se ha malinterpretado el socialismo, sino que ha sido asociado indiferentemente con otro tipo de modelos, como al comunismo radical.

La revolución cubana, que recuperó y devolvió la paz a Cuba tras el derrocamiento de la dictadura Batista, trajo consigo una sentencia contundente que condenaría a la cultura a la división humana más peligrosa de todas: la asociación ideológica de sociedades modernas. Hoy es una responsabilidad y una urgencia derribar las murallas ideológicas impuestas por la diplomacia en un atentado colectivo por llevar a cabo una revolución de inclusión cultural latinoamericana.

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> Referencias
'' 1 Martha Herneck, El Socialismo: ¿una alternativa para América Latina?
'' 2 El Socialismo Latinoamericano del siglo XXI
'' 3 ¡Patria o Muerte! José Martí, Fidel Castro and the Road to Communism, Brett Stokes. 2013
'' 4
'' 5 José Mujica, presidente uruguayo de 2011-2015
'' 6 Informe de Seguimiento de la Educación para Todos UNESCO 2015
'' 7 Índices de Alfabetización en América Latina, Comisión Económica para América Latina y el Caribe
'' 8 Armando Hart Dávalos. Eloísa Carrera Varona, Nancy Chacón
'' 9 La Campaña de Alfabetización en Cuba, Juan Ignacio Santa Marta,
'' 10 Cubarte
'' 11 Ramón Guerra, El pensamiento martiano como componente en la revolución cubana, 2007
'' 12 Diego Tagarelli, El Socialismo en América Latina, 2007
'' 13 Samuel Farber, Origins of the Cuban Revolution Reconsidered
'' 14 José Martí, Inside the Monster: Writings on the United States and Imperialism, ed. Phillip S. Foner
'' 15
'' 16 Fragment, discurso de José Mujica UNASUR, 2013
'' 17 Los Estados Unidos en la Pupila de José Martí, Luis Kuan '' Morell 18 El Socialismo en América Latina, Diego Tagarelli, 2007

[1] Roa, Raúl. Mis Oposiciones. Alfa. La Habana. 1941. p. 35
[2] Castro, Pedro. El Caudillismo ayer y hoy. 2007
[3] World Economic Outlook Database, Fondo Monetario Internacional, 2012
[4] Cuba, de la colonia a la revolución, 1989
[5] Teoría y Práctica del Marxismo Latinoamericano
[6] Luis, Vitale. El inicio de la transición al socialismo, 1999